Sueña, planifica y cree en el Señor para cumplir tus metas y lograr tus objetivos, aunque parezcan imposibles.
Por: Pastor Raúl Marroquín, Enero 02, 2011
Cuando terminamos un año, es importante meditarlo y evaluarlo. Puede ser que encuentres muchos logros y también fracasos. Por ambas cosas, debes dar gracias a Dios que te dio la oportunidad de vivirlos y aprender de ellos.
José, llamado “El soñador”, es uno de los grandes hombres de fe que la Biblia nos presenta. Él nunca dejó de creer en la Palabra y nos enseña que peder en algo, no significa ser derrotados. En Cristo Jesús, sabemos que todo obra para bien. Los momento difíciles también son pasos hacia nuestros sueños. Así lo vivió José a quien Dios le había otorgado dos sueños de grandeza. Cuando los contó a su familia, se ganó la envidia de los hermanos. Lo mismo puede sucedernos. Al contar nuestros sueños, corremos el riesgo de ser menospreciados o envidiados. Por eso, es mejor ser cuidadosos y rodearnos de gente positiva que apoye nuestros anhelos.
La Palabra en Génesis relata que los hermanos lo tiraron en una cisterna, es decir, un pozo vacío. José estaba allí dentro, en lo más profundo y su impulso no era continuar excavando sino ver hacia arriba. Su sueño estaba en peligro, por lo que intentaba encontrar una salida, elevando sus ojos al cielo, buscando ayuda. Al final, su sueño se hizo realidad y aunque fue vendido como esclavo, llegó a ser un hombre poderoso que salvó del hambre a su pueblo y al imperio más grande sobre la tierra.
Muchas veces necesitamos que nos metan dentro de un pozo para que meditemos y reactivemos nuestros sueños. A veces, hay que tocar fondo para comprender que la única solución es levantar los ojos al cielo y pedirle ayuda al Señor. Nuestro Padre nos da la esperanza cada nuevo año y nos regala un espíritu renovado para soñar.
Para iniciar un nuevo período, debemos tener en cuenta tres aspectos importantes. Lo primero es soñar. Dios no puede obrar en una persona que no tiene sueños porque Él habla el lenguaje de la fe.
Los sueños son la chispa para el incendio y el inicio de la creatividad que nos impulsa a la acción. Quien no sueña en grande, no puede ser hombre de fe porque no le brinda a Dios la oportunidad de creerle y que intervenga con Su poder. Estar en el fondo de un pozo es la oportunidad de un milagro para que tu sueño se haga realidad porque es el inicio de un proceso de fe. De joven soñé con servir a Dios y fui específico al pedírselo porque le dije: “Quiero organizar eventos y llevar Tu Palabra”. Ahora, años después, puedo testificar sobre los milagros que he visto, no sólo en las sanidades sino en la organización de cada evento. El Señor es fiel y lo demuestra día a día.
El segundo consejo es aterrizar tus sueños, ponerles pies para lograr que avancen. Planifica alcanzarlos a través de pequeñas metas. Conviértelos en una visión que se concrete en un proceso cuantificable y medible. Escríbelos para comprenderlos mejor y visualizar la forma de hacerlos realidad. Por ejemplo, si sueñas con estudiar en USA, empieza por aprender inglés. La visión de Dios es grande, no se queda en sueños, no tiene límites, así como la fe que puede hacer maravillas. Tener visión es ver lo que Él ve, planificar y transformarlo en realidad.
El tercer elemento que te aconsejo para este nuevo año, es tener fe. Sólo quienes creen la Palabra y la ponen en práctica puede transformar lo imposible en posible. Si quieres prosperar, empieza por leer las promesas que Dios tiene para tu vida. Al inicio del año o de un nuevo período, procuro leer todas las promesas que Dios tiene para mi. De esta forma, puedo salir de ese pozo, refresco mi sueño y comienzo a verlo como si fuera realidad.
Josué 1:8-9 aconseja que meditemos en la Palabra, nos esforcemos y seamos valientes para prosperar y que todo nos salga bien. Copia este versículo y pégalo donde lo veas siempre para que recuerdes que la Palabra de Dios es tu fundamento de fe para que tus sueños se cumplan. La Biblia es como tu motor y debes conocerla para saber qué desea el Señor para tu vida. El Señor tiene promesas para cada área de tu vida.
Solo quienes sueñan, planifican la visión y creen en Su Palabra, logran cumplir sus sueños. Tienes un gran potencial y Su Palabra que desea hacerte libre para que sueñes y creas. Dale gracias porque te ha dado la capacidad de soñar, planificar y ver las cosas como Él las ve: buenas, santas y obrando para bien en tu vida. Conquista tus sueños porque Dios ya te ha dado la victoria.